La fascinación por las
grandes civilizaciones ha sido una constante a lo largo de la Historia. España
ha contribuido al conocimiento del pasado a través de diferentes aportaciones
de relevantes viajeros, eruditos y arqueólogos que durante mucho tiempo han
dedicado su vida al estudio de las diferentes civilizaciones que han pasado por
el mundo.
Para comenzar, es necesario
conocer el significado de poder, término utilizado para describir la facultad,
habilidad, capacidad o autorización para llevar a cabo una determinada acción,
pero sobre todo la palabra poder implica también poseer mayor fortaleza
intelectual y corporal en relación a otro individuo. Este es un término que,
por mucho que hayan pasado los años y civilizaciones de por medio, ha estado y
sigue estando vigente en nuestros días y ha sido el culpable de un gran proceso
de desigualdad social visible en muchos ámbitos.
Pasando por la prehistoria,
donde se habla de los inicios de la humanidad; por la Hispania Romana,
Antigüedad tardía, el mundo medieval, la edad moderna... en todas las etapas el
ser humano ha querido imponerse de alguna manera hacia el resto y el arte lo ha
querido dejar reflejado. Habitaciones o tumbas más lujosas o enterramientos con
o sin ajuares dependiendo de la categoría social van dejando claro la
diferencias de riquezas en el seno de una sociedad donde cada vez la
desigualdad se hace más predominante y evidente.
Vivimos en una sociedad
donde lo material supera muchas veces lo que no lo es, donde los lujos separan
sociedades tal y como se venía fraguando desde los inicios, donde el rico y el
pobre siguen a la orden del día y donde en pleno 2015 las sociedades siguen
marcando sus diferencias de rango o estatus mediante el uso de elementos de
prestigio.
"La Arqueología"
es una ciencia para conocernos, para entender nuestra sociedad, los distintos
espacios y los rasgos culturales que van modelando en gran medida la historia
que quedará marcada con el paso de los años. Antiguamente se servían de
ajuares, de cerámicas, de monedas, de túnicas, de enterramientos más o menos lujosos
y de un sin fin de ejemplos más que marcaban un sistema social donde la
libertad le quedaba muy lejos a algunas personas. Tal vez, y aunque han pasado
miles de años, la cosa no ha cambiado tanto, la sociedad se sigue rigiendo por
clases, unas más altas y otras más bajas, la moneda sigue siendo el objeto de
intercambio, y lo material marca y marcará esas diferencias entre unos y otros.
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